España está a la cola europea en tasa de actividad y ocupación femenina, existiendo unas inadmisibles diferencias salariales por razón de sexo para idénticas categorías laborales, y una feminización insostenible de los sectores y empleos más precarios. Los pasos dados en la consecución del objetivo de la igualdad real por el gobierno de Zapatero, en épocas de superávit presupuestario, especialmente política y laboral han sido cantos de sirena. Las únicas medidas adoptadas en materia de promoción del empleo femenino han supuesto en la práctica un trasvase de rentas del trabajo al capital: fomento de la contratación indefinida de mujeres especialmente desprotegidas, mediante bonificaciones en las cuotas de la seguridad social a un tipo de empresariado, que no ha parado de obtener beneficios en los últimos años.
En este contexto de discriminación brutal de las mujeres en el acceso, desempeño y salida del mercado laboral: altas tasas de desempleo para las mujeres, trabajos en los sectores más precarizados y desprotegidos –en la cúspide de la pirámide el empleo doméstico- de bajísimos salarios y amplísimas jornadas laborales, de desprotección social galopante, de falta de asignación de recursos para que las administraciones públicas asuman una buena parte del cuidado de las personas dependientes, de violencia machista, sexual… hacia nosotras ¿qué soluciones se aportan desde el capitalismo? Pues, francamente ¡nos da igual! Los/as comunistas no queremos acabar con las crisis del capitalismo, sino con el capitalismo que las genera.
Desde la Secretaría de la mujer del PCE lucharemos para que no sean los poderosos quienes decidan cuáles son las soluciones a nuestros problemas, lucharemos para conseguir:
• Reducir la jornada a 35 horas por ley, sin reducción salarial, y anticipar la edad de jubilación para repartir el trabajo entre todos y todas, y hacer realidad la tan manida conciliación laboral y familiar, avanzando al reparto de todo el trabajo.
• Todo trabajador y toda trabajadora sin empleo debe estar protegido por el Estado: mediante el cobro de la prestación por desempleo, el transporte gratuito.
• Empleo para trabajar todos y todas.
• Recuperación de la titularidad y de la gestión pública de todos los servicios públicos privatizados.
• Derecho a una vivienda digna desde ya: moratoria del pago de hipotecas para todo trabajador o trabajadora en dificultades.
• Modificación de la ley de extranjería: iguales derechos y deberes para todos y todas. Abolición de la prostitución, violencia extrema sobre la mujer, sobre todo sobre las inmigrantes.
• Laicidad, frente a las presiones de los integrismos religiosos, sobre todo en nuestro país del católico.
En este contexto de discriminación brutal de las mujeres en el acceso, desempeño y salida del mercado laboral: altas tasas de desempleo para las mujeres, trabajos en los sectores más precarizados y desprotegidos –en la cúspide de la pirámide el empleo doméstico- de bajísimos salarios y amplísimas jornadas laborales, de desprotección social galopante, de falta de asignación de recursos para que las administraciones públicas asuman una buena parte del cuidado de las personas dependientes, de violencia machista, sexual… hacia nosotras ¿qué soluciones se aportan desde el capitalismo? Pues, francamente ¡nos da igual! Los/as comunistas no queremos acabar con las crisis del capitalismo, sino con el capitalismo que las genera.
Desde la Secretaría de la mujer del PCE lucharemos para que no sean los poderosos quienes decidan cuáles son las soluciones a nuestros problemas, lucharemos para conseguir:
• Reducir la jornada a 35 horas por ley, sin reducción salarial, y anticipar la edad de jubilación para repartir el trabajo entre todos y todas, y hacer realidad la tan manida conciliación laboral y familiar, avanzando al reparto de todo el trabajo.
• Todo trabajador y toda trabajadora sin empleo debe estar protegido por el Estado: mediante el cobro de la prestación por desempleo, el transporte gratuito.
• Empleo para trabajar todos y todas.
• Recuperación de la titularidad y de la gestión pública de todos los servicios públicos privatizados.
• Derecho a una vivienda digna desde ya: moratoria del pago de hipotecas para todo trabajador o trabajadora en dificultades.
• Modificación de la ley de extranjería: iguales derechos y deberes para todos y todas. Abolición de la prostitución, violencia extrema sobre la mujer, sobre todo sobre las inmigrantes.
• Laicidad, frente a las presiones de los integrismos religiosos, sobre todo en nuestro país del católico.
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