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lunes, 6 de junio de 2011

Felipe Alcaraz presentó en Málaga su nueva novela: "La Conjura de los Poetas"

Decía Manuel Altolaguirre que su conocimiento del mundo e incluso de él mismo venía de la poesía y que el verdadero poeta no era voluntario sino "fatal", esperando alguna vez sentir lo que había escrito. Es precisamente de esto de conocer el mundo que nos rodea, el papel de cada uno en él y también la sentimentalidad como instrumento que alimenta y rescata el tiempo pasado para construir un presente de lo que nuestro querido camarada Felipe Alcaraz nos vino a hablar en la presentación  de su última novela "La Conjura de los Poetas", el pasado 30 de mayo, en el Ateneo de Málaga.
Para la ocasión estuvieron en las labores de introducir y presentar el acto María Victoria Navarro Rivera, vocal del Ateneo de Málaga, y José Luis Centella Gómez, Secretario General del PCE y gran amigo del autor.
José Luis Centella quizo situar la novela de Felipe en el centro del eterno debate sobre el compromiso en el arte y en la literatura, identificando al propio autor y al protagonista de la novela, el poeta granadino Javier Egea, en esta opción que la cree necesaria para la transformación socialista de la sociedad. Llegando a identificar al desaparecido poeta Egea y su espíritu vital, que estaría escribiendo hoy sobre lo que ocurre en la calle, con el movimiento por una democracia real donde miles de jóvenes y mayores, hombres y mujeres, se rebelan y niegan un mundo que no les gusta.
Centella, definió como controvertida y audaz la novela, pues animaba el debate y la discusión sobre el compromiso, en unos tiempos donde no está muy bien visto y es considerado algo caduco por los que dominan el mundo de la cultura, y además pone nombres propios y conocidos a los personages en cuestión.  Junto a Javier  Egea aparecen en conflicto el conocido poeta Luis García Montero, y Juan Carlos Rodríguez, uno gran  teórico marxista con largos años de docencia en la Universidad de Granada. En definitiva como dijo Centella es "una novela que sí aporta, que no es solo para leerla sin más, sino para meterse en ella y discutir" con los personages.
 La novela, como bien señala la contraportada del libro, está escrita con información de primera mano y con nombres reales, es una crónica de las luchas literarias que acontecieron en la transición y que generaron la nueva "modernidad" española, con una sorprendente calidad literaria entre tertulias bohemias propias de una época, el autor se inspira en la figura del poeta granadino Javier Egea y su entorno literario, como símbolo de los poetas malditos que no renunciaron a sus principios. La «posmodernidad» de la Transición supuso el final de muchas ilusiones transformadoras, Egea no quiso adaptar ni su vida ni su obra a dichos postulados acomodaticios: «Los solitarios son esos que le dicen a su amada: me quedo solo pero no me vendo». Esta biografía novelada está dedicada a su memoria y a la de todos aquellos que se resistieron al «cambio», aun pagando el alto precio del aislamiento.
Javier Egea, de quien se van a publicar las obras completas y cuyo primer tomo acaba de salir a la luz coeditadas entre Bartleby y la Fundación Domingo Malagón, es el exponente máximo de la posibilidad de una poesía materialista, frente a la lírica dominante, burguesa, del "yo íntimo y libre" y uno de cuyos referentes es la llamada poesía de la experiencia y que son profusamente publicitados,disponen  del apoyo de la "crítica" y las editoriales.
Felipe Alcaraz en su apasionada intervención sobre las cuestiones que emanan de la discusión de su obra con el itinerario literario y vital de su camarada Egea, quiso dejar claro que había desprovisto la misma de las anecdotas y detalles curiosos de los personages para no entorpecer la visualización de lo que se debatía entre los antagonistas literarios.
El autor  de "La Conjura de los Poetas",  escenifica la obra como la biografía de un proyecto transformador, y de su derrota a manos de la literatura de consumo y sus estrategias. Como señaló oportunamente Felipe "desde el principio tuver la intuición de que estaba escribiendo sobre el Poder" y como "el que está fuera de la norma" queda como "que no es normal". No obstante, una vez pasada la etapa de aislamiento que la obra de Egea padeció, y tras su suicidio en 1999, Egea aparece en nuestra literatura como un gran poeta y desde luego, uno de los que llevó adelante una poesia de clase, comprometida con su pueblo y todos los pueblos en su liberación.
Que mejor manera de acabar este comentario sobre la obra y la visita a Málaga de nuestro camarada Felipe que con unos versos de Javier Egea llenos de vitalidad y reivindicación de la vida:  
Que vergüenza la tierra que vende sus veredas
como si no gritaran adentro de los surcos
los hombres, las raíces, la libertad y el sol.

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