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domingo, 1 de septiembre de 2013

“Abonando la tierra con gas pimienta”. 3ª Crónica del viaje a la franja de Gaza de los brigadistas de la Paz en solidaridad con Palestina

Sábado 31 de agosto
A las 5 de esta madrugada nos hemos puesto en marcha para realizar otra acción de recuperar tierra baldía por la guerra, por tierra para la vida y la paz. Hemos llegado con la familia de campesinos a la zona llamada Khuza'a, muy cerca de la parcela donde estuvimos ayer.
A las 7 de la mañana, los campesinos han empezado a abonar la tierra esparciendo unos sacos que han traído en un carro tirado por burro. Nosotras hemos formado la barrera de protección y justo a las 7:10 horas sonaba el primer disparo de las patrullas israelíes. Aunque volvemos a tener la confianza de que no disparan a dar, siempre resulta un tanto intranquilizador escuchar los disparos.
El hecho real es que ayer mismo, mientras a nosotras nos intimidaban, a un campesino que pretendía hacer lo mismo, cultivar su tierra, pero sin la posibilidad de tener la protección de internacionales, recibió un tiro en una pierna. Este herido lo visitaremos después de acabar la tarea en la parcela.
Una vez esparcido el abono, los campesinos tenían que remover la tierra de toda la parcela para mezclar, y de paso seguir allanando y destripando terrones de tierra. La soldada israelí, después de varios tiros han recurrido a lanzar bombas de gas pimienta. Ni estábamos seguras de si ello nos impediría realizar el trabajo por la dificultad y el escozor del gas. Sin embargo después de la primera bomba, y con el viento de poniente que corría, sólo teníamos, que, primero evitar que nos cayera encima, lo cual es fácil, y segundo rodear la bomba en dirección contraria al viento, y luego volver a ponernos en formación, los campesinos hacían lo mismo mientras seguían trabajando.
Han tirado bastantes bombas de humo, pero con el único resultado de que volvemos a casa con un buen número de bombas ya vacías, que hemos recogido como souvenirs, para llevarnos por gentileza del ejército sionista. Cuando vieron que el tema no les resultaba, volvieron a tiros aislados para que no nos relajáramos.
Finalmente hemos concluido el trabajo sobre las 9:00 horas, esperando que después de las primeras lluvias, podamos arar la tierra, sembrar y recoger por fin el trigo en primavera. Para ganarse el pan, con el sudor de su trabajo, estos campesinos tendrán que arriesgar su vida, varias veces más antes de culminar la cosecha.
Por la tarde, realizamos dos visitas a familias afectadas por el bloqueo y las agresiones de Israel. La primera es la visita a la casa de un matrimonio joven, la familia Tafish en la localidad de Hanin, que el pasado mes de noviembre perdió una hija con menos de un año, la primera y única hija que tenían. El padre también resultó herido, y ha quedado como invalido con incapacidad absoluta. Al lado de la casa, vemos el cráter que hizo la bomba de media tonelada lanzada por un F16. Aunque la bomba no cayó sobre la casa, las tierras y rocas que desplazó la explosión si cayeron sobre esta, destrozando el techo del dormitorio y aplastando a la niña que dormía en la cuna, que murió pocas horas después en el hospital e hiriendo al padre.

La segunda visita es a la casa de una familia de pescadores, que nos explican las dificultades económicas que están pasando porque las patrulleras de Israel, les impiden faenar. Nos cuentan que en los últimos 8 meses, la ya muy reducida flota pesquera de Gaza, ha sufrido unos 1.000 ataques de las patrulleras sionistas, deteniendo además a más de 60 pescadores y habiendo herido a unos 55 de ellos. La casa donde tenemos la reunión se ve muy pobre y superpoblada por niños y niñas de entre 1 y 12 años. Nos cuentan que prácticamente se alimentan de pan y te, y que su suerte cambiaría si los dejaran de faenar en el radio de 20 millas, y no de las 2 en la que prácticamente están pescando por imposición del gobierno israelí.

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