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martes, 22 de octubre de 2013

Reflexiones compartidas en torno al proceso congresual del PCE

Efraín Campos, Secretario Político del Comité Provincial del PCA de Málaga
Eva García Sempere, Comité Provincial PCA de Málaga
Ayer celebramos en Málaga la Conferencia de ida en el marco del XIX Congreso del PCE, los delegados y delegadas presentes en esta Conferencia Provincial reafirmamos nuestro compromiso con el mantenimiento de la lucha que nuestros camaradas han venido desarrollando a lo largo de la historia. El debate fue muy positivo y, en nuestra opinión, sentó bases para una reconstrucción real de nuestra organización.
Nos encontramos en un momento que definirá la configuración del sistema social en los próximos decenios, por lo que la lucha de los comunistas es imprescindible en la defensa de la clase trabajadora. Es por ello que necesitamos un Partido Comunista más fuerte y organizado en esta nueva etapa; necesitamos una organización que sea capaz de dar respuesta a las grandes contradicciones que el capitalismo está provocando y haciéndonos sufrir; capaz de proponer alternativas concretas y reales a los grandes problemas que existen en nuestra sociedad.
Y para ello este XIX Congreso cobra una importancia cardinal; debe servirnos para ser capaces de superar nuestras propias incapacidades, organizarnos y marcar nuestra estrategia de una manera clara. Nuestra tarea en este Congreso pasa por definir y plantear un trabajo claro en tres frentes de lucha:
El Ideológico: porque habremos de romper la hegemonía cultural neoliberal que nos impide ver que la clase trabajadora puede emanciparse y organizarse sin una clase superior y tecnócrata que la dirija. En definitiva, romper con el pensamiento general de que "no hay alternativa" y que vivimos en el mejor de los mundos posibles. Tenemos que soñar en nuestra alternativa, soñar un modelo de desarrollo que responda al modelo de sociedad que queremos construir, un modelo socialista revolucionario basado en los límites biofísicos del planeta y que permita la destrucción del sistema heteropatriarcal. Y para ello debemos tener claro que la tarea prioritaria de cualquier militante es estar formado para ser capaces de entender de manera unitaria las diferentes luchas que hay en la calle, que son la expresión de la rabia contra el capitalismo, de la existencia de la lucha de clases y de que, de momento, la vamos perdiendo.
Las direcciones deben proporcionar las herramientas necesarias a la militancia conseguirlo, incluyendo mecanismos de evaluación y seguimiento que garanticen que llega a todos y cada una de los militantes.
El Político: porque necesitamos encontrar espacios unitarios de reflexión política entre los distintos sujetos que permita construir alianzas y programas mínimos que nos representen a todos, como bien se desarrolla en la Alternativa Social Democrática y Anticapitalista. La revolución rusa se inicia con un programa tan mínimo como "pan, paz y trabajo". No necesitamos grandes discursos de líderes, sino definir muy claramente qué es aquello que necesitamos como clase trabajadora y organizarnos para conseguirlo. Sanidad, educación, vivienda y pensiones son los ejes fundamentales de este programa de mínimos que la sociedad esta reclamando.
Y en esa línea:
El Organizativo: Porque tenemos que engrasar las herramientas que nos permitan poner en marcha experiencias que podemos construir entre todos y todas. Este punto es fundamental. Una vez reflexionado sobre cuál es la necesidad a cubrir, debemos ponerla en marcha con la máxima eficacia y con el objetivo muy claro de que sirva, asimismo, para empoderar a la ciudadanía y que ella misma sea protagonista. Necesitamos un trabajo específico en función de las diferentes realidades territoriales o sectoriales, que es lo que permitirá dotar a la clase trabajadora de herramientas ideológicas organizativas y de movilización en defensa de sus intereses, tanto inmediatos como a medio y largo plazo; por ello las agrupaciones han de trabajar en base a los conflictos y los espacios existentes uniéndolos y dotándolos de proyección estratégica.
Desde nuestra apuesta estratégica, Izquierda Unida, hasta Comisiones Obreras, pasando por los movimientos sociales, el mundo de la cultura, etc., tenemos que organizarnos y ser capaces de pasar de la lucha contra los recortes sociales a la apertura de un proceso constituyente hacia la Tercera República. Para ello es fundamental continuar con la tarea de acumulación de fuerzas que solo cobra sentido al calor de las luchas y de la propia movilización, con el objetivo estratégico de conseguir la hegemonía necesaria para desarrollar este proceso que contemple la construcción de un modelo económico e institucional basado en el Anticapitalismo, el Federalismo y el modelo republicano.

Nos llaman románticos, pensadores de utopías, soñadores... y los somos. Somos los portadores de sueños, hombres y mujeres que no soñamos con la destrucción del mundo, sino con su construcción.

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