Antonio
Romero Ruíz. Coordinador de la Red de Municipios por la III República.
Presidente de honor del PCA. Exparlamentario de Izquierda Unida
Keila
Fernández Martínez. Licenciada en Filosofía. Miembro Comité Andaluz y
Provincial de Granada del PCA
España,
su régimen autoritario y neoliberal demandan una enmienda a la totalidad, un
proceso constituyente que abra el camino a una democracia real.
La
juventud está en un nuevo tiempo político, en sus movilizaciones, en sus
prácticas organizativas, en su nivel de formación, en sus reivindicaciones...
El
divorcio y la desafección de la sociedad con la política y con las
instituciones y las reglas del modelo surgido en la transición de 1978
demuestran su agotamiento. No se trata de presentar una enmienda parcial, unas
reformas a lo que hoy llaman democracia y no lo es. Hemos de presentar una
alternativa global, en la que la crisis y la situación actual deben ser
palancas para ese gran proyecto esperanzador.
De
los países analizados de la UE, en España es donde ha crecido más la pobreza
severa (aquellos que disponen de menos de 3.700 euros al año). La diferencia de
ingresos entre el 10% de la población más rica y el 10% de la población más
pobre ha aumentado un 16% desde 2007. También aumenta el paro: la EPA ha
marcado un nuevo récord de más de 6.000.000 de parados, España ha superado el
26% por primera vez en la historia, y según las estadísticas no bajará del 21%
hasta 2019.
Pero
las elites capitalistas no pretenden devolvernos los derechos sociales y
económicos que hoy nos niegan a los trabajadores, sino que por el contrario
aprovechan la crisis para arrebatarnos los recursos económicos y financieros a
la gran mayoría mientras los concentran en pocas manos. Sin duda esta crisis
está siendo utilizada para consolidar un nuevo modelo de sociedad basada en la
explotación sin contrapartidas y en la rivalidad entre los pobres, los pueblos
y los subalternos. Con ello el capitalismo condena a toda una generación a la
constante incertidumbre laboral y vital y abre el campo de juego de las
opciones totalitarias.
Nos
encontramos frente a un modelo económico neoliberal que es incapaz, por su
propia naturaleza, de ofrecer una vida digna a los millones de trabajadores en
desempleo, a los miles de ciudadanos que son desahuciados, a los jóvenes que
trabajan en precario y con sueldos basura, a los jubilados que sobreviven a
duras penas con pensiones de miseria, etc. Con una política exterior que se
distingue por el sometimiento a los intereses de Estados Unidos, con el
abandono del pueblo saharaui y palestino, la presencia de bases y la OTAN, los
gastos militares, la colaboración en las guerras imperialistas de agresión
contra Iraq, Afganistán y Libia, etc.
Las
soluciones a esta situación han de ser extraordinarias y ambiciosas, por lo que
creemos que es necesario impulsar un Nuevo Proceso Constituyente para un nuevo
proyecto de país, que supere este régimen cuya representación es una monarquía
heredada del franquismo y opaca en la gestión económica y patrimonial, con
casos de corrupción en su seno. Entendemos que el nuevo Estado ha de
construirse sobre bases federales y solidarias, dotándonos de esta forma de
mecanismos para estar en una Europa federal de los pueblos que ponga solución a
la creciente incompatibilidad entre democracia y Estados-nación, en un mundo de
trabajadores multinacionales, de migrantes y redes de cooperación y
comunicación transnacionales. La esfera de los asuntos comunes y sus leyes fundamentales
tienen que adaptarse a esa nueva condición.
La
Constitución debe reformarse para aumentar la calidad democrática. Un
referéndum vinculante para temas de especial trascendencia, transparencia del
gasto público, un poder judicial controlado por la ciudadanía, un debate sobre
Monarquía o República, acceso a las televisiones públicas y privadas y un
abanico de peticiones que realiza, para una democracia real.
En
materia de derechos económicos, sociales y ambientales: establecer un mandato
constitucional para crear una banca pública, impulsar una fiscalidad más
proporcional para que pague más el que más tiene, poner fin a la vergüenza de
más de 60 paraísos fiscales en el mundo, que funcionan como la caja B del
capitalismo. No puede haber viviendas vacías y familias sin vivienda. Impulsar
la reforma agraria integral, la renta básica, los derechos medioambientales y
la lucha contra la contaminación acústica. Limitar los salarios altos y la
defensa de la sanidad pública y de la enseñanza pública.
Es
hora de que se vaya tejiendo una respuesta social desde abajo, contundente, que
abra camino a nuevos horizontes de paz, de igualdad, de más calidad
democrática, de valores republicanos y de gestión democrática de los recursos.
Que diga NO a este golpe de Estado de los mercados y de sus lacayos.
Tenemos
que aglutinar fuerzas suficientes para afrontar con garantías de éxito la lucha
y movilización hacia el proceso constituyente. Esta situación que vivimos
requiere una respuesta contundente proporcional a las agresiones que recibimos
los trabajadores. Hemos de implantar una gestión presidida por la ideología y
los valores, abordar por tanto -y se está haciendo- un esfuerzo, la
recuperación de la memoria histórica, la vivienda como un derecho y no como una
mercancía frente a los desahucios con una importantísima labor como la que se
ha hecho desde nuestra consejería en este campo, el banco público de tierras
para la reforma agraria y la soberanía alimentaria y la red andaluza de
solidaridad alimentaria para luchar contra la exclusión social, la pobreza y el
hambre. Así mismo debemos sumar fuerzas y alianzas para impulsar un proceso
constituyente sobre bases republicanas y federales.
La
desobediencia civil es una herramienta fundamental para ir aumentando el
empoderamiento popular, camino del proceso constituyente que legitime lo común
y el interés general. Se trata de que nuestra vida cotidiana esté dotada de
coherencia en la forma de pensar, en la forma de sentir, en la forma de
trabajar, en la forma de actuar en la vida pública.
La
insumisión, impugnar el poder actual, deslegitimar los procesos electorales, la
ley electoral, el ventajismo de los medios de comunicación y del poder del
dinero, en definitiva, plantear una lucha sostenida, pacífica contra el régimen
tendrá éxito después de que la insumisión al servicio militar en España haya
sido la última batalla ganada desde la calle. Ser insumiso al régimen actual,
tejer una red de alternativas para que la insumisión viva y resista en las
grietas y márgenes del sistema actual. No puede haber, por otra parte, proceso
constituyente si no se impugna el régimen actual y sobre la caída de éste
edificar con un proceso constituyente la arquitectura política, económica y
social que alumbre con valores republicanos y con defensa de lo común la nueva
etapa.
Convirtamos a los Ayuntamientos en
palancas para el proceso constituyente hacia la III República
La
respuesta de las fuerzas transformadoras para recuperar la iniciativa e imponer
la agenda política está en las elecciones Municipales y en la movilización.
Ellos exigen tejer una gran convergencia programática y política que, asentada
y de la mano de la movilización social, consiga ganar los ayuntamientos. Pero
para el Proceso Constituyente con un nuevo municipalismo insertado en la
desobediencia institucional, en la individual, en la colectiva y en la social,
y de carácter radical. Las palancas para otro modelo económico y otras
políticas sociales alternativas al capitalismo neoliberal son acabar con el
hambre, los desahucios, la pobreza, incluida la energética.
Las
economías sociales son competencia de la gente porque son bienes comunes y ahí
los ayuntamientos son piezas fundamentales porque impugnan las jerarquías y las
competencias y ponen a debate en sus términos municipales los límites de la
propiedad privada.
Si
articulamos unos ayuntamientos dirigidos y gobernados juntos y con la gente
empoderada y se cavan trincheras en lo económico, en los servicios públicos,
creando modelos de economía social, estaríamos demostrando en la práctica que
hay otra política y otra alternativa y sería la mejor carta de presentación en
la campaña de las Generales, que la libraríamos con una mochila llena de
realidad, de hechos, de logros. Hemos de tomar nota que Syriza en Grecia
consiguió que la gente viera que desde el gobierno de sus ayuntamientos las
cosas cambiaban de verdad.
Hacemos
un llamamiento a las millones de personas que en nuestro país luchan por una
vida digna para todos, a que avancemos juntos en la construcción de una constitución
de lo común a través de asambleas constituyentes en las que la ciudadanía
decida su futuro de forma radicalmente democrática. Tenemos en nuestras manos
la posibilidad de superar, con alegría y organización, este régimen corrupto y
antidemocrático y abrir un tiempo nuevo de justicia e igualdad. Vamos a ello,
porque “LA REPÚBLICA ES DEL PUEBLO, Y SÓLO DEL PUEBLO”.
Publicado
en el Nº 283 de la edición impresa de Mundo Obrero abril 2015
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