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jueves, 8 de febrero de 2018

Crónica de la primera jornada de la Marcha por la carretera desde Málaga a Almería del camarada Manuel García Morales “Teniente”. En el 81 Aniversario de la criminal acción fascista.

 Fotografías: Rosa Ortuño
7 de febrero, primera jornada de "La Desbandá"
Hemos iniciado la 2ª Marcha de la “Desbandá”, para recorrer la carretera de la muerte desde Málaga a Almería, aproximadamente un centenar de personas. Desde hoy 7 de Febrero hasta el 17, recorreremos los lugares que hace 81 años intentaron recorrer unas 300.000 personas, que de Cádiz, Sevilla, Córdoba, Granada, y Málaga se concentraron en la ciudad de Málaga primero y luego intentaron huir hacia Almería del terror nazi-fascista (aviones alemanes, tanques italianos, acorazados franquistas, e infantería marroquí, frente a la población civil que huía); unas 150.000 consiguieron llegar, las demás murieron en el intento o regresaron ante las dificultades de la huida. A la mayoría que volvió les esperaba la represión, la cárcel y en muchos casos también la muerte.
El recorrido de hoy ha sido desde Málaga capital hasta Torre de Benalgabón, pedanía perteneciente al municipio del Rincón de la Victoria. El año pasado pernoctamos en un Polideportivo cedido por el Ayuntamiento gobernado por una coalición de izquierdas, pero este año, con alcalde del PP que consiguió el gobierno a través de una moción de censura, el Polideportivo se nos ha negado, por lo que nos hemos ido a dormir, aceptando la invitación de su alcalde de Izquierda Unida a Almáchar, un pueblecito a 18 km del Rincón de la Victoria, sierra arriba, una de las cunas de la famosa uva pasa malagueña.
Antes de subir a Almáchar, se ha hecho un acto en un lugar de la Memoria Histórica de la Desbandá, un orificio en la roca de los túneles que salvan los acantilados existentes entre la Cala del Moral y el Rincón de la Victoria. Este fue producido por un obús de los que disparaban desde los cruceros acorazados para matar a la gente inocente que huía. Podría haber sido disparado por el Crucero Canarias, que junto al Baleares y el Cervera, fueron hostigando a los huidos durante toda la marcha hasta Almería. El Canarias estaba mandado por Salvador Moreno, almirante que luego fue ministro de la Marina de Franco y al que le pusieron su nombre a la calle donde nació Mariano Rajoy, el cual protestó recientemente porque le habían quitado el nombre a la calle porque era el nombre de un golpista, fascista y asesino. En el acto, el representante de Izquierda Unida del Rincón, casi con lágrimas en los ojos decía que sentía pena que un pueblo tan hospitalario como el Rincón nos negara el alojamiento esa noche; la exalcaldesa del PSOE, dijo que ella sentía vergüenza del sectarismo de la derecha.
Ya en Almáchar, hemos asistido a la inauguración de la plaza Adolfo España, un militar republicano de Almáchar que después de la derrota huyó a Francia y siguió la lucha contra el nazismo hasta que fue apresado y gaseado en el campo de concentración de Mauthausen, donde murió gaseado después de sufrir los trabajos forzados, el hambre y la desesperación con que los nazis trataban a los prisioneros. A los militares españoles que capturaban los nazis les ponían como identificación un triángulo azul, que indicaba su nacionalidad, que en éste caso eran apátridas ya que el régimen franquista negaba la nacionalidad española a estas personas heroicas que después de luchar contra el fascismo en España siguieron luchando en Europa. Después en la Casa de la Cultura, hemos asistido a la presentación de dos libros de Memoria Histórica; en uno de ellos se cuenta la muerte de Juan Muñoz, quien fue alcalde de Almáchar durante la República por el partido Republicano Radical Socialista y que después ingresó en el Partido Socialista. Él huyó con la desbandá llevando a su mujer y a sus cinco hijos; sin embargo, como otras muchas personas se volvió atrás cuando llegó a Motril; hizo caso de la propaganda de que quien no tuviera las manos manchadas de sangre no debía temer nada. Al volver al pueblo fue apresado inmediatamente y encarcelado y varios días después murió a causa de los golpes y las palizas continuas a las que fue sometido; en el acta de defunción certificaron que había muerto por paro cardiaco, cosa que se negó a firmar el médico forense, que también era falangista. En otro libro se habla de la magnitud de la “Desbandá” de en torno a las 300.000 personas.
Si huyeron tanta gente desde Málaga hacia Almería, se debe a que previamente Málaga capital había recibido a miles de personas huidas de las zonas que iban ocupando las tropas fascistas y que además tenían noticias del salvajismo y la barbarie con la que se comportaban. 
Como cuentan muy bien Lucía Prieto y Encarnación Barranquero en su libro, “Población y Guerra Civil en Málaga” las primeras personas refugiadas fueron acogidas en casas particulares de personas de izquierdas dispuestas a ayudar y compartir con quienes huían del fascismo. Pronto no quedaron sitios y se ocuparon toda clase de albergues, después todos los conventos, y finalmente, todas las iglesias o cualquier sitio que pudiera acogerlas como los sótanos de la fábrica de Tabacalera; tamaña acumulación de población desbordó las posibilidades de acogida y las condiciones de vida durante meses se tornó inhumana. La falta de comida, de agua, de aseo, pronto desencadenó numerosas epidemias que se cebaron sobre las personas más débiles, las recién nacidas y de corta edad. En el libro citado están documentados 1.190 fallecimientos solo de niños y niñas entre Julio de 1936 y febrero de 1937, cuando se produce “la Desbandá”. Bronconeumonía, gastroenteritis, sarampión, difteria, tifus, tuberculosis, raquitismo,…, provocadas por las condiciones insalubres, el hacinamiento, el desbordamiento de hospitales,… Pero cuando las tropas fascistas ocuparon Málaga, criticaron la ocupación de las iglesias y de la catedral como refugios y contaron otra versión de las desgracias de las personas huidas; el ABC de Sevilla en su edición del 11 de febrero decía: “…allí han muerto los proletarios de viruela negra, del tifus, de lo que sea, como si el cielo les hubiese enviado el castigo que se merecían por sus profanaciones y sacrilegios…”.
Luis Bolin, miembro de la burguesía malagueña, que jugó un papel importante en el alquiler del avión Dragon Rapide que trasladó el 18 de julio de 1936 al general Francisco Franco desde las islas Canarias a Tetuán y que había sido corresponsal de ABC, también escribió el 8 de Febrero, al visitar la Catedral y cuando la mayoría de la población huía hacia Almería: “…El espacio interior estaba ocupado en su casi totalidad, por una horda repugnante hacinada en la mugre y la porquería, con las capillas laterales infectadas y los míseros petates tirados por el suelo. Un niño muerto yacía al pie de una columna; un hedor insoportable –el clásico olor a rojo- se extendía por las naves…”.
Mañana nos bajan otra vez a Torre de Benagalbón desde donde continuaremos la marcha hasta Torre del Mar, perteneciente al municipio de Vélez-Málaga.

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